En
un sistema jerárquico de clasificación resulta evidente la necesidad que se
tiene de resaltar los niveles de integración de la vegetación. En un país como
México, con tanta variación fisiográfica, climática y biótica, las
características más útiles para hacer una comparación y/o una clasificación de
la vegetación son la fisonomía y la estructura de la misma. La fenología
contribuye de manera importante a diferenciar las comunidades, sin embargo
estos atributos de la vegetación a menudo no son claramente identificables en
relación con los factores ambientales. Por lo cual la incorporación de
características geográficas (templado y tropical), de montaña, o climáticas
fueron consideradas en el esquema de clasificación propuesto en este trabajo.
Las unidades se
definen fisonómica y estructuralmente y todas indican condiciones ambientales.
Después de la asignación de cada unidad reconocida se anotan las abreviaturas
del o de los climas en donde preferentemente crecen.
El dinamismo de
la vegetación y sus cambios como consecuencia de las actividades antropogénicas
y sus etapas secciónales resultantes fueron consideradas en la medida en que la
clasificación propuesta puede emplearse tanto para comunidades primarias (poco
o escasamente modificadas por actividades antrópicas), como para aquellas
etapas sesiónales, siempre y cuando se haga mención de su condición de
vegetación secundaria.
Las unidades
reconocidas incluyen tanto la vegetación zonal como la azonal, es decir,
aquellas que están respondiendo a la influencia un tanto más directa del clima
y aquellas en que la influencia sobre la comunidad está dada por
características diferentes al clima como cantidad y calidad de agua, sustrato
geológico o variantes edáficas.
FISONOMÍA DE CHIHUAHUA
El desierto Chihuahuense, el más grande del Continente
Americano, está flanqueado por montañas que impiden el paso de los vientos
húmedos: la Sierra Madre Oriental, la Faja Volcánica Transmexicana y la Sierra
Madre Occidental (en México) y Las Rocallosas (en Estados Unidos); cubre una
superficie de 507,000 km2 , desde Nuevo México y Texas en Estados Unidos, hasta
porciones de los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Hidalgo,
Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, en México.
El
trabajo en campo consistió en la caracterización cualitativa de los principales
tipos de vegetación del estado, con base en su fisonomía y en la recolección de
ejemplares vegetales para su posterior identificación. Con los datos de
composición y fisonomía se elaboraron perfiles semi irrealistas de las
principales asociaciones vegetales y de las condiciones fisiográficas y
edáficas donde se desarrollaban. Las asociaciones detectadas fueron: matorral
micrófilo de Larrea tridentata, matorral rosetófilo de Agave lechuguilla,
matorral rosetófilo de Dasylirion spp., pastizal, chaparral, nopalera,
mezquital, izotal, vegetación de dunas y vegetación halófita.
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